jueves, 8 de enero de 2009

razonamientos fuera d tiempo

¿Cuándo saber que algo ya es suficiente?¿Cuando saber cuando parar? ¿Cuándo saber que ya no merece la pena? ¿Hasta donde estamos dispuestas a aguantar? ¿El amor es para siempre?. Según algunos estudios cuando estamos enamorados nuestro cerebro, durante los dos primeros años, anula nuestra capacidad de realizar juicios críticos y duplica nuestra capacidad de compensación. Pero después de esos dos años, ¿Qué queda? Y, de lo que queda, ¿realmente interesa seguir?, ¿Qué nos impulsa a seguir?, ¿nos gusta lo que vemos o nos enganchamos a un pasado que nunca más volverá?. Llega un momento en el que ese loco sentimiento de enamoramiento simplemente se desvanece y el amor ya no es suficiente, queremos más, queremos a alguien que piense en nosotras, a alguien que nos sorprenda, a alguien que tenga nuestras mismas inquietudes, aficiones similares, parecido estilo de vida… y de repente nos damos cuenta de que Don Perfecto no es ni Don Perfecto ni de que ni siquiera se asemeja a él. Entonces la relación se empieza a complicar, vivimos esperanzadas con la idea de que algún día a nuestra pareja le llegue el don de la telepatía y así consiga sorprendernos, de que un día aparezca nuestra hada madrina y elimine todo aquello que no nos gusta de él y nos lo convirtiera en nuestro ideal de hombre (si, aquel que tuvimos en los primeros dos años) y de que por obra divina nuestro corazón vuelva a dar vuelcos cuando le vemos después de un duro día de trabajo.

Dita

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