lunes, 31 de octubre de 2011

La ciudad llena de mujeres bellas
altas, delgadas, bien arregladas
con hermosas caras de porcelana.

Barbies rubias, Barbies morenas
que me incitan a desear besarlas
y saborear su efímera hermosura.

Jugar como hacía con mis muñecas
jugar con sus cuidados cuerpos
pervertirlas, desviarlas
seducir a sus viriles Kens
y jugar con fuego los tres.

Hacer del plástico de Mattel
puro instinto básico
que nos empuje a querer morder
cada centímetro de nuestra piel.
Para luego dejarles allí
con la llama inextinguible en sus ojos
como un estigma de por vida.
Y encontrarte a ti,
mi monstruo, mi amor
al llegar a casa
besarte y abrazarte
y poder dormir tranquila.



Imagen: Lempicka